• 12 caracoles de pasta tamaño jumbo (1/2 paquete de 12 onzas)
• 1 1/4 tazas de queso ricotta sin grasa
• 3/4 taza de puré de calabaza tipo "pumpkin"
• 1/2 taza de queso parmesano, rallado
• 1/2 cucharadita de ajo en polvo o 2 dientes de ajo
• 2 cucharadas de hoja de albahaca deshidratada
• 1/4 cucharadita de salvia molida
• 1/2 cucharadita de sal
• 1/2 cucharadita de pimienta
• 1 taza de salsa de tomate para pastas

1. Cocine los caracoles de pasta según las instrucciones en el paquete. Drene el agua, sepárelos en un molde para hornear de cerámica y deje que se enfríen.

2. En un tazón mediano, revuelva el queso ricota, la calabaza tipo “pumpkin”, el queso parmesano y las especies. Reserve 1 cucharada de queso parmesano para ponerlo por encima.

3. Precaliente el horno a 350 grados F. Escoja un molde para hornear de cerámica en el cual pueda colocar todos los caracoles en una sola capa.

4. Unte la salsa de tomate para pastas en la parte inferior del molde. Llene cada caracol con aproximadamente 3 cucharadas de mezcla de calabaza y coloque los caracoles muy juntos en la salsa del molde para hornear de cerámica.

5. Cubra el molde con papel de aluminio y hornee por 30 minutos. Remueva el papel de aluminio, espolvoree el queso que le quedó y regréselo al horno por 15 minutos más.

Refrigere lo que sobre dentro de las siguientes 2 horas.